Habitar un medio ambiente sano mejora la calidad de vida de las personas. En condiciones ambientales óptimas, los ciudadanos pueden realizar actividades físicas en exteriores y gozar de espacios públicos verdes de calidad, y su salud no se deteriorará como consecuencia de la exposición a la polución. Adicionalmente, la conservación del medio ambiente garantiza la sostenibilidad de recursos tan importantes como el agua potable, esencial para la calidad de vida, y favorece la mitigación de los efectos del cambio climático.
Calidad del aire
La contaminación del aire representa el mayor riesgo ambiental sobre la salud humana (Organización Mundial de la Salud, 2016). La exposición prolongada al aire contaminado está relacionada con aumentos en la mortalidad derivada de enfermedades respiratorias y cardiovasculares. El Material Particulado compuesto por partículas inferiores a 2.5 micras de diámetro (PM2.5) y el compuesto por partículas de un diámetro inferior a las 10 micras (PM10) son los contaminantes con mayor presencia en entornos abiertos urbanos, y con mayores afectaciones sobre la salud demostradas (Organización Mundial de la Salud, 2006). A continuación, se resumen los principales indicadores de contaminación por material particulado entre 2012 y 2016, y los resultados de la Encuesta de Percepción Ciudadana en relación con la satisfacción con la calidad del aire.
Como lo indica el gráfico 1, entre 2012 y 2015, las condiciones de contaminación del aire en el Valle de Aburrá, evaluadas a partir de la concentración de PM10, no mejoraron. Si bien, en términos generales, las estaciones de monitoreo en el Vale de Aburrá registraron un nivel estable de contaminación, la estación ubicada en la Plaza de Mercado de Caldas y la ubicada en el Éxito de San Antonio aumentaron considerablemente el valor medio de sus registros de contaminación por PM10. Adicionalmente, cuatro[1] de las diez estaciones con registros anuales completos entre 2012 y 2015 evidenciaron niveles de contaminación superiores a los 50 microgramos por metro cúbico (µg/m3) establecidos en la norma colombiana de calidad del aire (resolución 610 de 2010). Adicionalmente, teniendo como parámetro las Guías de Calidad del Aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomiendan concentraciones inferiores a 20 µg/m3 para que la salud humana no se vea afectada ante exposiciones prolongadas (Organización Mundial de la Salud, 2005), ninguna de las estaciones registró concentraciones anuales promedio de contaminantes que no resultaran dañinas.
Debido al fenómeno de estabilidad atmosférica, generado por las condiciones climáticas y topográficas en el Valle de Aburrá, en 2016 la región experimentó una contingencia atmosférica caracterizada por niveles de contaminación del aire perjudiciales para la salud, de acuerdo con el Índice de Calidad del Aire (ICA) por PM2.5, reportados en las estaciones de medición del Valle de Aburrá. Dicho evento aumentó significativamente las concentraciones de PM10 en el Valle de Aburrá. Todas las estaciones de la región con registros comparables para los meses de enero a septiembre de 2016 registraron concentraciones de PM10 dañinas para la salud humana tanto en exposiciones cortas como largas en los meses de febrero y marzo de 2016. En promedio, las concentraciones de PM10 entre enero y septiembre de 2016 excedieron la norma colombiana en cinco estaciones: la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, el Museo de Antioquia y el Éxito de San Antonio en Medellín, el Colegio el Rosario en Itagüí, y la Plaza de Mercado de Caldas.